Tienes hambre. Vas a un establecimiento. Inspeccionas la carta y ¡bingo! Hay opciones de comida sin gluten. Felicidad máxima. Pero de repente, te fijas en la letra pequeña: «sin gluten, pero no apto para celiacos». ¿Cómo? Tu expresión se torna en un cuadro indescriptible, y como es lógico, te entran dudas. Entonces ¿podré comer aquí, o no?
¿Os habéis encontrado alguna vez en esta situación?
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