He de reconocer que, hasta hace poco, no era muy entusiasta del gazpacho. Claro que mi experiencia se limitaba a las versiones comerciales disponibles en las tiendas.
 
Sin embargo, hace poco he tenido la oportunidad de probar un gazpacho casero que cambió  mi percepción sobre este maravilloso plato. ¡Lo que me había perdido! (Sobra decir que no hay ni comparación entre la versión casera y la versión «comercial»).  Ahora entiendo las grandes pasiones que levanta esta crema fría de tomate; sencilla pero muy nutritiva y por qué resulta perfecta para el caluroso verano. Además de ser naturalmente sin gluten (si omitimos el pan o utilizamos pan sin gluten) también es vegano.

Hace un par de días me encontraba en el supermercado Lidl cuando, de repente, se activó mi «sentido celíaco»: a lo lejos observé un lineal que, por alguna razón, me llamaba poderosamente la atención.

¿Podría ser que hubiera nuevos productos sin gluten?

Estas galletitas saladas de la marca Schär son un aparetivo bastante cómodo. Ya sea para acallar un poco el hambre o picar entre horas –no hace falta que explique las dificultades con las que nos encontramos a veces, ¿verdad?–, el tamaño del paquete me resulta muy práctico para llevar en el bolso y acudir al rescate en caso de necesidad.