Horror. Miedo. Destrucción apocalíptica. Has puesto todo el cuidado del mundo, hecho todas las preguntas pertinentes, pero aún así, (de una manera inexplicable) el gluten ha llegado a tu plato y estás ahora viendo las estrellas, acordándote de ese enemigo acérrimo (que a buena hora se le ha ocurrido hacer acto de presencia). * *A veces también visualizo un momento épico a lo Escarlata O´Hara y un «¡acabaré contigo, gluten!» (brazo en alto incluido). ¿Qué puedes hacer ahora para recuperarte?
Puedo decir que he tenido suerte, pues hacía tiempo que no me veía en esta situación (ingerir gluten accidentalmente). Tal vez por ello, el borrador primigenio de este articulo llevaba tiempo dormitando plácidamente, a la espera de ser rescatado cuando la ocasión lo requiriese —es una experiencia que es mejor olvidar, y mejor aún, que ojalá nunca tengas que experimentar.
Pero es un tema importante a tratar, pues, lo queramos o no, es probable que en el algún momento de nuestra nueva vida sin gluten ingiramos gluten de manera accidental y ¿qué mejor momento para hablar de la intoxicación por gluten ahora que, lamentablemente, lo acabo de experimentar? Espero que estos consejos, basados en mi experiencia personal, os sean de ayuda. Los he escrito como a mi me hubiera gustado que me aconsejaran la primera vez que me encontré en esta situación. No obstante, antes de proseguir, debo de dejar claro que no soy médico y que en caso de duda o situación particular, por favor contactad con los profesionales sanitarios. Consejos para recuperarse tras la ingesta accidental
|
|